
Sus orígenes se remontan al año 1558, cuando se construye una pequeña ermita y un albergue para los peregrinos. Pero esta construcción sufrió varias reformas debido a su estado ruinoso por el año 1643.
La hermita, tal como la podemos ver hoy en día, es el resultado de la obra que el Obispo Sarmiento mandó construír en 1733.

Este retablo sirve de marco para la imagen que da el nombre al templo, y que tambien es la patrona de la ciudad. Un total de siete son los retablos que posee la iglesia.
A la entrada del templo, en su lado izquierdo nos encontramos el sepulcro del Obispo Sarmiento.