No somos sabios en Economía y Hacienda, como no sean las que tantos años desempeñamos en nuestro hogar. No tenemos resquicios ni oportunidades favorables de ser hombre de Estado. No somos un excepcional político. No somos, ni tan siquiera, la voz de nada. Ni representamos el honorable cargo de cronista oficial de nuestra querida Ciudad de Mondoñedo.
Con tales limitaciones, siendo un condecorado y sencillo experto o especialista en procedimiento (como vulgarmente se dice, en la forma de hacer las cosas, de llevar los asuntos) y con los escasos conocimientos que captamos de los medios de comunicación que leemos o escuchamos, tenemos la idea o el concepto mental de que los errores o malos tragos económicos por los que atraviesa nuestra España desde 2.008 han alcanzado ayer el principio de su fin y, en consecuencia, del fin de la asfixia económica que padecen muchos españoles (no todos, pues no hay más que ver la cantidad de coches que circulan por nuestras vías en la ocasión de un “puente” festivo, o las pensiones de algunos ejecutivos de la banca), hasta el punto de que, hace poco, España iba a ser intervenida en idénticas maneras que Irlanda o Portugal.
Y difícil lo teníamos, porque muchos son los que se han afanado en mostrar interés en acorralar a nuestro país, desde hace cierto tiempo. Y que hay algunos que dicen que lo de ayer es una mala noticia para España y que se trata de algo como Irlanda y no un préstamo, una inyección, a nuestra banca, que, según los que no nos salen del recuerdo de la mente, era de campeón de mundialito.
Y además de los del precedente párrafo, los ataques sin parar de los mercados, de cierta prensa, de las declaraciones confusas y contradictorias, entre las que se hallaban deslenguados del PP, también nos lo han puesto difícil.
Incluso el seleccionador Sr. Del Bosque vino a decir que una alegría de la selección no arreglaba la economía española, lo que es verdad. Pero vuestra señoría ilustrísima Sr. Marqués, de gran modestia y de apego a los valores humanos, podía pensar que sí podía arreglar nuestra economía que renunciase a las primas futbolísticas que puede cobrar por la Eurocopa y bajarse el sueldo como los demás españoles. (Plausible no es que V.S.I. sí recibió una buena herencia de don Luis Aragonés, pero el Sr. Rajoy no).
Y parece que no lo han conseguido y que el Gobierno de Rajoy ha salido reforzado, al haber sabido llevar el saneamiento financiero con mucho acierto y con una gran exhibición de cómo debe llevarse el procedimiento de los asuntos para llegar a un buen fin en lo que se persigue.-
Ahora nos toca a todos los españoles conseguir el modelo de éxito de Irlanda (que estamos capacitados sobradamente para ello) que lleva casi dos años siguiendo un duro plan de ajuste económico que empieza a dar resultados al haber cumplido uno a uno los objetivos marcados en el programa de ayuda, y allí la ciudadanía, sobre la que cayó gran parte del peso de los recortes, como nosotros españoles, aceptó las durísimas medidas de austeridad aplicadas por su Gobierno, y cumplió con “holgura” con todos las metas fijadas para 2.011, lo que le dejó en posición ideal para “consolidar” esos progresos durante 2.012, año de tijeretazos severos.
Y para ir finalizando, esperamos que el “préstamo muy favorable y sin condiciones al Gobierno de Rajoy” que nos concedieron ayer, lo devolvamos in necesidad de subvenciones sin fondo a los bancos y sin que los intereses procedan de los contribuyentes.
Y no pensemos en hacer, y, desde luego que no se haga, como se hizo con los fondos de cohesión, que gustábamos, en manos sin control llenas, los euros que entraban y que enterrábamos con alegría en casas de turismo rural y aeropuertos sin sentido común.-
Pero también queremos ser agradecidos, como bien nacidos, y dar las gracias a Europa, aunque los hombres de negro exijan  a nuestros bancos las condiciones tan extremas como a todos los españoles nos gustaría y que nos aparte de los ineptos que en los últimos años han dirigido nuestros destinos.
Y dar las gracias también al Gobierno de España por las formas, por las estrategias diseñadas para atraerse a la Unión Europea, Alemania, Francia y Estados Unidos que han dado sus frutos.
Y concluimos diciendo que España es un país sólido, que sí necesita dinero para sanear su sistema financiero, pero que puede salir por sí sola con las reformas realizadas y que puedan venir. Nuestra diplomacia ha hecho un papel excelente, unas veces de forma callada, otras explícitamente. Pero como explicó nuestro Presidente Rajoy “las negociaciones no se televisan ni se radian. Nos preguntáis cosas que no podemos contestar.”   Por ello, al fin, tenemos el dinero para la inyección a los bancos.
Así lo opino.


  LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo

 

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