A RapaFinales de la década de 1.960 y durante el primer quinquenio de la década de 1.970, los ganaderos de la parroquia de Santa María la Mayor del municipio de Mondoñedo, que vivían económica y principalmente del ganado suelto (libre) que cuidaban por los montes de dicha parroquia y especialmente por los de Campo de Oso, en la misma entidad o división administrativa, que siempre tuvieron la calificación de montes en mano común, sufrieron un ataque, irritación o altercado por parte del Estado, que era poseedor o propietario (o se llamaba a él) de parte de monte en la citada zona, con la acción de denunciarles y sancionarles por cada res que el guarda forestal “atopaba” y atrapaba en el monte del Estado.
Eran tantas las acciones del guarda forestal y las sanciones que imponía la Administración que la ruina de nuestros paisanos, de nuestros ganaderos, de Santa María la Mayor, se acercaba al pote, al puchero de la comida. Y tanto la irritación de los sufridos vecinos que se rumoreaba que hasta la integridad física de alguno de los guardas podía correr peligro.
Hubo algún ganadero que tenía en la vía de apremio multas por unas doscientas mil pesetas en aquel entonces (era mucho dinero). Literalmente su ruina. La venta normal de todo su ganado no le alcanzaba para hacer frente a la deuda.
Pero en esta desesperada situación surge una persona de una extraordinaria naturaleza inteligente, de gran actividad, afectada por la llegada de aquella ruina (uno de los más). Ese gran hombre, cargado de responsabilidad y atinado se pone manos a la gran obra que más tarde alcanzaría finiquitar.
Y era uno de los ganaderos conocido por O Xorxo. Perfecto relaciones públicas, posado, insistente en las peticiones, pero sin llegar a cansar, quizás porque obraba con cierto humor que la naturaleza le había dado. Incansable, viajando arriba y abajo.
El se las arregló para que el Sr. Juez obrara, como él sostenía, justamente y con criterio (el juez debe tener criterios justos y adaptados a la vida real y no sólo aplicar la ley) así como excepcionalmente dentro de lo Moral. Las multas empezaron a sobreseerse y a archivarse. Resultado impensable para aquellos tiempos que salvó la ruina de todos aquellos ganaderos. Y sólo O Xorxo, con su tesón, fue el autor de tan agradable y satisfactorio resultado. Admiraba al prestigioso abogado de Lugo don Pedro González López, y orgulloso se presentaba porque don Pedro le decía “debe ser usted muy amigo del Juez”. O Xorxo siempre decía don Pedro “é o mellor avogado e moi honrado”. Pensamos que llegó a consultarse con todos los abogados de Lugo, llegando a Sarria.

A Rapa

Pero no se frena, este hombre inquieto. Y quizás con el beneplácito de aquel juez y por la reputación y admiración que de éste logró, consigue una comisión de expertos en agricultura y ganadería para continuar defendiendo a los propietarios del ganado en libertad de la zona y forma una asociación aparte de la comisión. Se toma la decisión de organizar y se organiza la Feria y Fiesta da Rapa das Bestas del Campo do Oso, que desde entonces e ininterrumpidamente se celebra, cada año con más categoría, en el lugar, todos los últimos domingos del mes de junio de cada año, como está proyectado celebrar el próximo 24 de los corrientes, momento en el que está previsto se le rinda homenaje a nuestro querido y peculiar O Xorxo. A presenciar la rapa y el marcaje de los caballos y a la comida en honor a las autoridades consigue que se acercaran cierto número de autoridades y jefes de la Agricultura y Ganadería presidiendo el Sr. Alcalde. Y como nunca le faltaba detalle en estos eventos le pareció que “o señor xuiz tamén ten que acudir a rapa e a xantar”. Era también generoso y espléndido, este gran hombre. Y, efectivamente, vimos como el juez se acercaba a las reses que los ganaderos rapaban y marcaban y como xantaba en la comida de autoridades de la Rapa das Bestas.
Siempre, hasta su muerte, con 92 años, fue el presidente de la Asociación de los Montes y caballos libres de Santa María Mayor, organizando con responsabilidad todo lo que se presentaba y había que resolver y procurando la celebración del evento de la Rapa das Bestas de Campo do Oso, año tras año.
Estas palabras, brotadas de lo más profundo de nuestro corazón, son las que desde nuestra humildad queremos que, también, sirvan de homenaje a nuestro muy querido amigo O Xorxo, José Manuel García Rodríguez, que en gloria esté, coincidiendo con la Rapa das Bestas do Campo do Oso que este año se dedican en su honor. Así lo opino


  LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo

 

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