
Aguas, totalmente cristalinas, y de frescura inigualable, que hacen las delicias de todo aquel, que se acerca hasta el Salto do Coro despues de una larga caminata. Esta puede ser desde Argomoso y luego bajando por las Sete Voltas, o bien, desde Valiñadares y posteriormente ascendiendo por las antiguas pistas de las cantera.
Por el ascenso hasta el Salto do Coro, los riachuelos y saltos de agua configuran un paisaje que todo el que lo visite nunca podrá olvidar.