Es un gran juez. Pero pensamos que quizás pudo haber patinado alguna vez en el procedimiento. Opinamos que debe de ser por la sana ansia que tiene en la investigación, en esclarecer y saber la verdad de los hechos, comprobación del delito y la culpabilidad del presunto reo, y en administrar justicia. Pero entendemos que eso no le da poder para presuntamente no respetar escrupulosamente los derechos procesales de los encausados.
Se dice que el procedimiento es la base de la Justicia y que es por lo que debe tener todas las garantías. Es muy valiente como juez, y así debe de ser un juez "estrella", caiga quien caiga. Hay quien piensa que sólo pudo haber tenido un pequeño resbalón en su gran carrera judicial, querer ser político. Pero creemos que lo hizo porque pensamos que hace tiempo que le parece que en política, en alguna parte, se guisa con guisantes manchados y era público y notorio que la ciudadanía tenía a los políticos como uno de los peores estamentos, y, a lo mejor, quiso entrar allí para saber, desde dentro, cómo se cocía con guisantes inservibles y qué había de verdad.
Nos imaginamos que algo aprendió. Enseñanza que quién sabe si fue la que le hizo volver a lo suyo cuanto antes, que es ser buen juez.!Cuidado!. El término "estrella", en el buen sentido, lo merecen más jueces en España, lo que nos congratula.
Para seguir, queremos partir de que Ley no es quivalente de derecho, aunque son primos hermanos. Derecho es LO derecho. Y está para vigilar la conducta humana, lo que se llama Justicia y esta es un hábito que inclina la voluntad a dar a cada uno lo que le pertenece. Dicho ésto, suponemos y entendemos que la Ley de Amnistía no puede negar a nadie el derecho a recoger a sus muertos y darles una sepultura digna, por que ello es un derecho respetado en la historia de la humanidad y porque no se puede degradar a nadie por el único pecado de no pensar igual que tus semejantes. No sería democrático. A mayor abundamiento, hay que ver que esa Ley, que está en vigor y hay que respetar, es anterior a la promulgación de la Constitución y a la instauración del estado de derecho, lo que puede querer decir o interpretarse algo.
Tiene que ser muy triste, y creemos que así es, pensar que los cuerpos (hoy ya los restos) de tus seres queridos puedan permanecer en cunetas, zanjas y fosas comunes. Pero lo que no debe valer, porque sería una irresponsabilidad, es mezclar esos derechos con etapas trágicas de nuestra, la de todos, querida España, que pensábamos superadas. El hecho de denunciar quien sea, pequeños grupos legalizados, como si es un terrorista, al Sr. Garzón, debe tomarse sosegada y tranquilamente.
Están en su perfecto derecho, como todo el mundo. Será un procedimiento con todas las garantías, estoy seguro, porque en la Justicia confío, y dejemos todos trabajar a la Justicia, con independencia, amparada y con todas las libertades. La solidaridad con el Sr. Gazón en las manifestaciones autorizadas es socialmente admisible. Pero si se pretende con esa presión en la calle influir en la decisión justa que haya de dictar el Supremo, no es democrático, no es de un estado de derecho.
Imperativamente se debe respeto a las reglas de juego democrático. Lo que diga el prestigioso New York Times sólo es una opinión respetable. Los casos Garzón son explicables y entendibles, al menos, jurídicamente. Es un extraordinario juez, pero pudo haberse equivocado. Es humano. Y pedimos estricto respeto hacia los Tribunales de Justicia y hacia el juez también, así como hacia la presunción de inocencia de todos los denunciados y pendientes de juzgar definitivamente. Así lo opino.
Nos imaginamos que algo aprendió. Enseñanza que quién sabe si fue la que le hizo volver a lo suyo cuanto antes, que es ser buen juez.!Cuidado!. El término "estrella", en el buen sentido, lo merecen más jueces en España, lo que nos congratula.
Para seguir, queremos partir de que Ley no es quivalente de derecho, aunque son primos hermanos. Derecho es LO derecho. Y está para vigilar la conducta humana, lo que se llama Justicia y esta es un hábito que inclina la voluntad a dar a cada uno lo que le pertenece. Dicho ésto, suponemos y entendemos que la Ley de Amnistía no puede negar a nadie el derecho a recoger a sus muertos y darles una sepultura digna, por que ello es un derecho respetado en la historia de la humanidad y porque no se puede degradar a nadie por el único pecado de no pensar igual que tus semejantes. No sería democrático. A mayor abundamiento, hay que ver que esa Ley, que está en vigor y hay que respetar, es anterior a la promulgación de la Constitución y a la instauración del estado de derecho, lo que puede querer decir o interpretarse algo.
Tiene que ser muy triste, y creemos que así es, pensar que los cuerpos (hoy ya los restos) de tus seres queridos puedan permanecer en cunetas, zanjas y fosas comunes. Pero lo que no debe valer, porque sería una irresponsabilidad, es mezclar esos derechos con etapas trágicas de nuestra, la de todos, querida España, que pensábamos superadas. El hecho de denunciar quien sea, pequeños grupos legalizados, como si es un terrorista, al Sr. Garzón, debe tomarse sosegada y tranquilamente.
Están en su perfecto derecho, como todo el mundo. Será un procedimiento con todas las garantías, estoy seguro, porque en la Justicia confío, y dejemos todos trabajar a la Justicia, con independencia, amparada y con todas las libertades. La solidaridad con el Sr. Gazón en las manifestaciones autorizadas es socialmente admisible. Pero si se pretende con esa presión en la calle influir en la decisión justa que haya de dictar el Supremo, no es democrático, no es de un estado de derecho.
Imperativamente se debe respeto a las reglas de juego democrático. Lo que diga el prestigioso New York Times sólo es una opinión respetable. Los casos Garzón son explicables y entendibles, al menos, jurídicamente. Es un extraordinario juez, pero pudo haberse equivocado. Es humano. Y pedimos estricto respeto hacia los Tribunales de Justicia y hacia el juez también, así como hacia la presunción de inocencia de todos los denunciados y pendientes de juzgar definitivamente. Así lo opino.
LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo
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