También felices con esos lectores

Toleramos lo que sea, en todo rigor de derecho, opinión. Pero quizás se pueda decir que saltó la chispa de los que parecen ser los detractores. Somos conscientes de los amigos que tenemos, pues los otros no interesan, ni nos sorprenden.

Por ello no nos molesta, democráticamente hablando, quien nos coloca, presuntamente sin conocimientos objetivos, en el terreno de los que hacen reír, tan importantes, necesarios, estimados y aplaudidos en estos tiempos de opinión en la que parece que todo vale.
Intentamos con nuestros escritos publicar algo que conviene saber a todos, incluso lo que algunos entienden que debe permanecer oculto. Aquí, en lo oculto, parecen estar los que no se atreven a dar la cara, los que tiran la piedra tal vez desde el primero de los planetas superiores.
Posiblemente que pertenezcan a los dioses de la Mitología que quieren asimilarse al voluntarioso y desinteresado Ares, o a los que quieren su presencia en la Torre de la Parada.  O más bien parece que podemos imaginar una falta de ánimo y valor para hacer escrito fuera del anonimato. Y lo que dice todo, cuanto hay que decir,  de un “planeta superior”, insulta e injuria desde el anonimato.
Y grave es que quizás pueda presentar signos de irreflexivo, a lo que le puede llevar la antipatía y el aborrecimiento que dictamina hacia nuestra persona.  Parece mentira, que para faltar al respeto a los demás se use el trabajo honesto y desinteresado de quienes ensalzan los valores, a las personas y a los pueblos. Visto queda, que no se puede ofrecer la humildad, la voluntad desinteresada, en el probable campo de desagradecidos. Pero, lancen las flechas que sean, seguiremos mandando flores en palabras a nuestros queridos y haciendo uso del derecho de opinión que, a algunos, no les gusta. Gracias porque al menos nos leen. Nos sentimos felices y orgullosos de tener también esos lectores.
Así lo opino.