Vemos profundamente desagradable e inverosímil que insinuadamente pueda
surgir indeterminación de nuestra objetividad, especialmente cuando
llega de esas pocas personas que son o fueron un tiempo nuestros amigos,
porque puestos en esa tesitura ni lo fueron ni lo son.
Y creemos sinceramente que con ello lo que se demuestra es la existencia de hipocresía y falsedad. Si piensan que hacen las cosas de maravilla y que sólo son pecadores los demás, no escucharon con atención al Papa Francisco, guardándose en el silencio cuando huelen sus errores, y callando cuando la murmuración se preocupa de ellos o de los suyos.
Y creemos sinceramente que con ello lo que se demuestra es la existencia de hipocresía y falsedad. Si piensan que hacen las cosas de maravilla y que sólo son pecadores los demás, no escucharon con atención al Papa Francisco, guardándose en el silencio cuando huelen sus errores, y callando cuando la murmuración se preocupa de ellos o de los suyos.
Generalmente escribimos humildemente de política y de asuntos públicos, y si puede ser siempre en defensa de nuestra querida Ciudad de Mondoñedo, con nuestros involuntarios errores o sin ellos, pero tratamos de no ser partidistas, porque somos libres y no militamos en ningún grupo, salvo que en su tiempo ya lejano profesáramos la milicia obligatoria, aunque podamos ser admiradores de alguna forma de hacer política y de algunos que así la hacen.
Nunca quisimos, ni queremos, lastimar y menos herir a nadie, aunque nos guste ser capaces de criticar constructivamente y de frente, pero siempre a las personas al servicio público, y sin tocar ningún tema personal, de la vida privada, de nadie, ya que no nos importó ni nos importa lo que un hombre o una mujer hacen, sin violencia, con lo que posean a una cuarta del ombligo hacia abajo. Solo nos interesa la honestidad de las personas y nos alegra que gocen de la libertad democrática, que es preciosa.
Nos gustó a lo largo de nuestra vida vibrar y que no hubiera que empujarnos, ni que decirnos que hiciéramos las cosas, porque en todo momento supimos lo que hay que hacer, y lo hacemos, y lo que no debe hacerse. Nuestros años de trabajo intensivo y también extensivo, en la casa maestra de la vida, donde lo desempeñamos, siempre nos enseñaron esa forma de ser. Y queremos, aunque le pese a esos amigos, seguir siendo personas sanas y honestas, disfrutando del capital tan bello como es la libertad, especialmente la libertad de expresión, de opinión, respetando a los demás y buscando siempre el diálogo, el consenso y la Paz. Claro lo dejamos a los amigos. Así lo opino.
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Nunca quisimos, ni queremos, lastimar y menos herir a nadie, aunque nos guste ser capaces de criticar constructivamente y de frente, pero siempre a las personas al servicio público, y sin tocar ningún tema personal, de la vida privada, de nadie, ya que no nos importó ni nos importa lo que un hombre o una mujer hacen, sin violencia, con lo que posean a una cuarta del ombligo hacia abajo. Solo nos interesa la honestidad de las personas y nos alegra que gocen de la libertad democrática, que es preciosa.
Nos gustó a lo largo de nuestra vida vibrar y que no hubiera que empujarnos, ni que decirnos que hiciéramos las cosas, porque en todo momento supimos lo que hay que hacer, y lo hacemos, y lo que no debe hacerse. Nuestros años de trabajo intensivo y también extensivo, en la casa maestra de la vida, donde lo desempeñamos, siempre nos enseñaron esa forma de ser. Y queremos, aunque le pese a esos amigos, seguir siendo personas sanas y honestas, disfrutando del capital tan bello como es la libertad, especialmente la libertad de expresión, de opinión, respetando a los demás y buscando siempre el diálogo, el consenso y la Paz. Claro lo dejamos a los amigos. Así lo opino.
LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo