Nos encontramos ante toda una catástrofe: más de 120 incendios simultáneos, 3 personas fallecidas y más de 15.000 hectáreas de monte calcinadas. Estas son algunas cifras 6 días después del comienzo de la mayor oleada de incendios forestales de la historia de Galicia.En las 4 provincias el fuego se lleva por delante todo lo que encuentra y los gallegos tienen que defender lo suyo, poniendo en riesgo su vida, debido a la escasez de medios.
En Mondoñedo, al igual que otros muchos municipios gallegos, nos quedamos este año sin brigadas contra incendios.
ALGUNOS DATOS SOBRE LOS INCENDIOS
Una semana después del inicio de los fuegos podemos contabilizar: unas 15.000 hectáreas de suelo forestal calcinado; miles de animales salvajes devorados por las llamas (muchos de ellos en peligro de extinción); inmensas nubes de humo contaminante y tóxico; varias casas, granjas y fábricas abrasadas; y lo peor de todo, 3 personas perdieron la vida a causa del fuego. Algunos intentando salvar sus propiedades ante la escasez de medios movilizados.
Tuvo que pasar una semana para que el gobierno pidiera ayuda a otras comunidades y países.
La situación creada por los incendios también está causando estragos en el turismo, muchos apuraron el regreso a sus casas ante el miedo a ser alcanzados por las llamas. Muchos campings y casas rurales de Galicia se quedan sin gente en el mes de mayor actividad turística. Las nubes de humo hacen irrespirable el aire y la gente tiene que abandonar las playas en las provincias de A Coruña y Pontevedra.
Galicia arde por los 4 costados y, pese a lo grotesco de la situación, no provocó ninguna manifestación ciudadana como las que recordamos cuando sucedió el accidente del Prestige. Por aquel entonces, la marea negra afectó a unos 600 Km de costa y, según estudios de diferentes grupos ecologistas, impregnó de chapapote unos 450.000 m2 de roca y arena. En esta ocasión, la superficie quemada asciende a 150.000.000 m2. Por lo tanto, si queremos llevar el incidente a la costa para compararlo con el caso del Prestige, tendríamos suficiente para extender una franja de superficie quemada, de unos 10 metros de ancho, a lo largo de toda la costa gallega.
BRIGADAS CONTRA INCENDIOS: EL CASO DE MONDOÑEDO
En lo que va de verano, tenemos la suerte de no tener que lamentar ningún incendio ya que este año la Xunta de Galicia no proporcionó a Mondoñedo el dinero necesario para organizar las brigadas contra el fuego.
Cada año, la Xunta venía concediendo a Mondoñedo suficientes fondos para dotar del equipo necesario a una brigada que, en turnos de 5 personas, velaba por la seguridad de los montes de Mondoñedo. Este año, toda la seguridad contra incendios de la que disponemos se reduce a una brigada comarcal de Extensión Agraria.
Esto mismo aconteció en buena parte de los municipios de nuestra comunidad, ya que solamente un 43% de los ayuntamientos que tenían brigada contra incendios en años anteriores la consiguieron este año.
La campaña contra el fuego del presente verano está marcada por la improvisación. El proceso de contratación de efectivos se venía realizando en el mes de mayo, pero esta vez se retrasó hasta finales de junio. A eso hay que sumarle los requisitos exigidos para cubrir las plazas: los solicitantes debían de aportar un certificado oficial que acreditara su conocimiento del gallego y muchos gallego-parlantes se quedaron fuera por no poder demostrarlo.
Esta situación ha dado como resultado: motobombas sin conductor, y algunas funcionando tan sólo ocho horas por la imposibilidad de cubrir turnos; helicópteros de extinción sin brigadas de soporte en tierra; casetas de vigilancia con responsables que no son de la zona y que, por lo tanto, no conocen el terreno; y la falta de brigadas en unas 60.000 hectáreas de territorio.
Una semana después del inicio de los fuegos podemos contabilizar: unas 15.000 hectáreas de suelo forestal calcinado; miles de animales salvajes devorados por las llamas (muchos de ellos en peligro de extinción); inmensas nubes de humo contaminante y tóxico; varias casas, granjas y fábricas abrasadas; y lo peor de todo, 3 personas perdieron la vida a causa del fuego. Algunos intentando salvar sus propiedades ante la escasez de medios movilizados.
Tuvo que pasar una semana para que el gobierno pidiera ayuda a otras comunidades y países.La situación creada por los incendios también está causando estragos en el turismo, muchos apuraron el regreso a sus casas ante el miedo a ser alcanzados por las llamas. Muchos campings y casas rurales de Galicia se quedan sin gente en el mes de mayor actividad turística. Las nubes de humo hacen irrespirable el aire y la gente tiene que abandonar las playas en las provincias de A Coruña y Pontevedra.
Galicia arde por los 4 costados y, pese a lo grotesco de la situación, no provocó ninguna manifestación ciudadana como las que recordamos cuando sucedió el accidente del Prestige. Por aquel entonces, la marea negra afectó a unos 600 Km de costa y, según estudios de diferentes grupos ecologistas, impregnó de chapapote unos 450.000 m2 de roca y arena. En esta ocasión, la superficie quemada asciende a 150.000.000 m2. Por lo tanto, si queremos llevar el incidente a la costa para compararlo con el caso del Prestige, tendríamos suficiente para extender una franja de superficie quemada, de unos 10 metros de ancho, a lo largo de toda la costa gallega.
BRIGADAS CONTRA INCENDIOS: EL CASO DE MONDOÑEDO
En lo que va de verano, tenemos la suerte de no tener que lamentar ningún incendio ya que este año la Xunta de Galicia no proporcionó a Mondoñedo el dinero necesario para organizar las brigadas contra el fuego.Cada año, la Xunta venía concediendo a Mondoñedo suficientes fondos para dotar del equipo necesario a una brigada que, en turnos de 5 personas, velaba por la seguridad de los montes de Mondoñedo. Este año, toda la seguridad contra incendios de la que disponemos se reduce a una brigada comarcal de Extensión Agraria.
Esto mismo aconteció en buena parte de los municipios de nuestra comunidad, ya que solamente un 43% de los ayuntamientos que tenían brigada contra incendios en años anteriores la consiguieron este año.
La campaña contra el fuego del presente verano está marcada por la improvisación. El proceso de contratación de efectivos se venía realizando en el mes de mayo, pero esta vez se retrasó hasta finales de junio. A eso hay que sumarle los requisitos exigidos para cubrir las plazas: los solicitantes debían de aportar un certificado oficial que acreditara su conocimiento del gallego y muchos gallego-parlantes se quedaron fuera por no poder demostrarlo.
Esta situación ha dado como resultado: motobombas sin conductor, y algunas funcionando tan sólo ocho horas por la imposibilidad de cubrir turnos; helicópteros de extinción sin brigadas de soporte en tierra; casetas de vigilancia con responsables que no son de la zona y que, por lo tanto, no conocen el terreno; y la falta de brigadas en unas 60.000 hectáreas de territorio.