A D. Luis Antonio Paz Reigosa, Miembro del Comité de Empresa de Aglomerados ECAR, S.A.
En el periódico MONDOÑEDO, del mes de Febrero, y bajo el titular ¡GRACIAS MONDOÑEDO!, leo con atención tú artículo y, como mindoniense y apego a la tierra donde nací, por un lado, me siento apenado y por otro orgulloso de la respuesta que dieron mis paisanos al cierre de ECAR, S.A.
En el periódico MONDOÑEDO, del mes de Febrero, y bajo el titular ¡GRACIAS MONDOÑEDO!, leo con atención tú artículo y, como mindoniense y apego a la tierra donde nací, por un lado, me siento apenado y por otro orgulloso de la respuesta que dieron mis paisanos al cierre de ECAR, S.A.
Como muy bien escribes, tanto las fuerzas políticas, más allá de ideologías y maneras diferentes de observar la realidad, como asociaciones, comerciantes y ciudadanía, han puesto todo su nervio, tensión y sentido del honor para evitar el cierre, esperando se obrase el milagro; pero la crisis es tan fuerte que hay ocasiones en que a pesar de los muchos intentos, y con la que está cayendo, el cierre y despido se hace realidad, y es que el mundo no es pésimo, pero abundan los cretinos en sus despachos que hacen todo lo posible para no encontrar soluciones a tiempo. El mensaje está claro. Que cada palo aguante su vela, que parece ser que es lo que toca.
La verdad, es que me viene a mi memoria la nostalgia ambiental de querida ciudad y siento esto, más que nada, por las familias que se ven afectadas por esta decisión y que se merecen todo nuestro respeto y consideración por la desilusión y, también, como no, por Mondoñedo, que una vez más ve como un centro de producción –con muchos años de referencia y éxito- y trabajo, cierra sus puertas. Dicho más claramente, nos quedamos sin la principal empresa de la ciudad, pero debemos de ser conscientes del momento actual de esta horrible crisis que nos ha tocado vivir. La realidad es la que es.
Aquí debiera de finalizar, pero abusando de tu paciencia, ante este panorama, tiene Mondoñedo una difícil papeleta y el momento no es el mejor para pensar en inversiones y ayudas. No sé yo, naturalmente, lo que se puede hacer, pero como en todos los males, las soluciones si no existen, por lo menos se intentan. ¿Quién será capaz de generar algún espacio para la ilusión? Todo va yendo a peor. Me gusta eso que dices: “Baixo todo este temporal, é momento de que Mondoñedo permanezca unido como en cada unha das manifestacións, que sigamos gritando moi forte, “Mondoñedo unido xamais será vencido”. Ás veces hai que caer moi fondo para volver a erguerse con máis forza, e sen dubida ningunha este é ese momento”. Estos son algunos fragmentos de tu escrito y te pido perdón por no poder expresarme en la lengua de Rosalía, poetisa que dejo versos maravillosos sobre Galicia y la emigración, (rste vaise i aquel vaise/e todos se van: Galicia, sin homes quedas que te poidan traballar/..) de la cual sabemos mucho los mindonienses, por desgracia. Pero la realidad es la que es y ante tal escenario resulta imprescindible un ejercicio de reflexión, teniendo siempre muy en cuenta que el presente es real y el pasado historia.
Que estas líneas sirvan, cuando menos, para dar voz a quien no la tiene, y mi sincero agradecimiento como mindoniense por todo lo que habéis batallado, tal vez contra falsas promesas a sabiendas de que estábamos pinchando en hueso. Cuesta imaginar a Mondoñedo, ciudad posible e injustamente olvidada, infravalorada y sometida a la guadaña, sin su ECAR. La verdad es que ya forma parte del pasado. Sea como fuere, mucho ánimo a todos, a no cruzarse de brazos y mucha serenidad y acierto.
Recibe con este motivo, un cordial y afectuoso saludo.
Antonio Doménech Ladra - Valencia
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