De los presupuestos se habla en función de si quien lo hace está en el poder o por el contrario en la oposición, cuando la situación en España es extraordinaria, y por ello este un año muy delicado.
Van cien días del nuevo Gobierno de Rajoy ejemplarmente sin respiro, con agobio, y del que se dice que ningún gobierno del Mundo tanto hizo en ese tiempo. Tiene, pues, ya algo positivo ese Gobierno de España, en tan poco tiempo. Es cierto que ese extraordinario trabajo viene dado o impuesto por encargarse de la herencia, creo que nefasta, que dejaron otros y por el permanente control a que nos somete la Unión Europea y la señora Ángela Merkel (que es la que tiene dinero). Pero titánicamente Rajoy ha puesto a andar importantes medidas, aunque algunos las tachen de erróneas en parte, que ya ofrecen confianza. Rajoy y sus “muchachos” trabajaron y trabajan, pese a tener por el medio de su tiempo de trabajo las Navidades.
El propio Rajoy reconoce que los presupuestos son “duros, desagradables, incómodos, que no gustan a nadie” (ni a nosotros, remata) pero “la alternativa era infinitamente peor”, y son necesarios que no pueden ser de otra manera, pese a las críticas que le caen por ellos, principalmente por quienes ofrecieron alegría en tiempos difíciles y hablaban de brotes verdes que jamás llegaron, y ahora se acuerdan de la mentira que tanto usaron no hace mucho tiempo y de la genialidad que usaron con la señora Merkel. Pero no me explico que hablen así cuando por primera vez desde la crisis, que ellos no vieron o no quisieron ver ocultándola, los expertos empiezan a ver que la economía española ofrece síntomas de mejoría y confianza, y cuando el presidente del BCE, Mario Draghi, ha reiterado, hoy mismo, que la  economía  ofrece signos de estabilización de su crecimiento a niveles bajos, lo que hace prever una recuperación moderada a lo largo del presente año, o cuando se dice que mejora la afiliación a la Seguridad Social.
Pero don Mariano pide paciencia, porque habrá sudor y lágrimas, porque no se pueden dar buenas noticias, porque no se puede gastar más de lo que se ingresa, en especial si se maneja dinero ajeno, dinero de todos los españoles, dinero que a otros no les dolió, por lo que llevaron las deudas públicas, con sus desmanes, a 90.000 millones de euros. Vaya sensatez!!! Vaya panorama!!! A Rajoy le toca ahora pagar las facturas que su antecesor y su equipo le dejaron.
Ya no es tiempo de celebraciones irresponsables, en palabras del diputado por Lugo, don Joaquín García Díez. Y muchos son los españoles que entienden la situación y las medidas para cambiarla. Y ahora nos comprenden y nos dan su apoyo los socios de la UE, especialmente Ángela Merkel, y ante todos ellos don Mariano tiene crédito y lo ven valiente y realista, lo que da lo que tanto nos hacia falta, seguridad. ¡Ojalá! no pase mucho tiempo para ver los resultados del esfuerzo y mientras tanto, en el peor momento económico de la democracia, Galicia recibe el mayor porcentaje de inversiones de  su historia, y practicar pedagogía y más pedagogía, como dice la columnista doña Carmen Tomás, o sea, que se nos eduque y mentalice en el sentido de que la cosa, pese a la leve mejoría,  no está para echar las campanas al vuelo.
Así lo opino.

 LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo

 

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