Todo hijo de madre sabe que con deferencia debemos tratar los derechos y
la dignidad de toda persona, absteniéndonos de ofenderle.
Entre los derechos, a todos nos consta que todo hijo de padre tiene el de elegir el médico, quedando tajantemente prohibido que todo profesional de la medicina se erija voluntariamente y por su cuenta el médico de cualquier persona, y a que aquél guarde la más estricta confidencialidad con sus servicios.
Entre los derechos, a todos nos consta que todo hijo de padre tiene el de elegir el médico, quedando tajantemente prohibido que todo profesional de la medicina se erija voluntariamente y por su cuenta el médico de cualquier persona, y a que aquél guarde la más estricta confidencialidad con sus servicios.
Por ende, nos parece fuera de lugar y ofensivo que con supuestos conocimientos de medicina, por muy simples que sean éstos, se instituya en doctor de alguien públicamente y por arriba le aconseje por los medios de comunicación el control de unos hipotéticos síntomas de ansiedad recomendando más dosis de un ansiolítico.
Creemos que esas recomendaciones satíricas y de descrédito, a quien, tal vez maliciosamente, van dirigidas, le ofende, pero también a quienes verdaderamente presenten o presentaron algún día esos síntomas y que ahora se están cuidando.
Aunque intencionadamente se quiera hacer daño, no es, para nosotros, no entendidos e inexpertos pero con alguna sabiduría práctica, la ansiedad ningún estado psicológico negativo.
Pues un cierto grado de ansiedad es normal y favorable cuando ayuda a mejorar el rendimiento personal.
Es antiguo, es estar pasado de moda, recomendar dosis de fármacos que te llevan al sueño, a no estar presente, a no molestar.
En tiempos de actualidad, se presenta en lazos afectivos, en los divorcios, en la separación de padres e hijos.
La ansiedad contribuye a mejorar el aprendizaje y el rendimiento personal. En nuestros tiempos modernos, en competiciones deportivas de alto nivel, en exámenes de envergadura, en el funcionamiento de grandes empresas, en la forma de alcanzar altos cargos políticos o ejecutivos, se exige el cien por cien, estar a tope, y la presencia de la ansiedad está ahí.
En estos casos y en la actualidad, apenas está presente el fármaco que se utiliza para calmar al paciente antes de una intervención quirúrgica o antes de una comparecencia en público que pueda provocar nerviosismo, sino que están presentes el ejercicio, el deporte y las personas psicoterapéuticas especialistas con conjunto de medios terapéuticos basados en la relación interpersonal y que, a través del diálogo (no de palabras peyorativas) la escucha y las intervenciones del terapeuta, posibilitan al ansiado un proceso de análisis, comprensión y superación del conflicto.
Hoy los entrenadores de fútbol de alto nivel (y perdónesenos por los ejemplos) no preparan por si solos a los grandes profesionales con los que trabajan, están acompañados de Psicólogos (profesión moderna) de alto nivel, para regular, precisamente la ansiedad que produce siempre jugar una final, un partido de fútbol de grandes campeones, de campeones de campeones.
En las grandes empresas hoy trabajan con asiduo Psicólogos de prestigio para mejor producción y para unas más refinadas mercancías.
Y en el desgraciado y desastroso accidente de aviación de los Alpes franceses, recientemente ocurrido, grupos de Psicólogos estuvieron constantemente presentes para prestar ayuda a los ansiados familiares de las víctimas, y a los profesionales que con ansiedad buscaban a los muertos (q.e.p.d.) y las cajas negras. Nos les facilitaron ansiolíticos para que se durmieran.
Para terminar, nos imaginamos que debe producir fastidio que le tachen de inepto y de que no está centrado en su pueblo, pero eso no es causa suficiente y justificada para ofender a quien pudo haber sufrido o puede sufrir una ansiedad que está cuidando.
Por todo ello entendemos que hoy escribimos de algo que no debiera por el Código Ético pero que nos lleva y nos coloca en una ofensa en una falta de respeto. Así lo opino.
Creemos que esas recomendaciones satíricas y de descrédito, a quien, tal vez maliciosamente, van dirigidas, le ofende, pero también a quienes verdaderamente presenten o presentaron algún día esos síntomas y que ahora se están cuidando.
Aunque intencionadamente se quiera hacer daño, no es, para nosotros, no entendidos e inexpertos pero con alguna sabiduría práctica, la ansiedad ningún estado psicológico negativo.
Pues un cierto grado de ansiedad es normal y favorable cuando ayuda a mejorar el rendimiento personal.
Es antiguo, es estar pasado de moda, recomendar dosis de fármacos que te llevan al sueño, a no estar presente, a no molestar.
En tiempos de actualidad, se presenta en lazos afectivos, en los divorcios, en la separación de padres e hijos.
La ansiedad contribuye a mejorar el aprendizaje y el rendimiento personal. En nuestros tiempos modernos, en competiciones deportivas de alto nivel, en exámenes de envergadura, en el funcionamiento de grandes empresas, en la forma de alcanzar altos cargos políticos o ejecutivos, se exige el cien por cien, estar a tope, y la presencia de la ansiedad está ahí.
En estos casos y en la actualidad, apenas está presente el fármaco que se utiliza para calmar al paciente antes de una intervención quirúrgica o antes de una comparecencia en público que pueda provocar nerviosismo, sino que están presentes el ejercicio, el deporte y las personas psicoterapéuticas especialistas con conjunto de medios terapéuticos basados en la relación interpersonal y que, a través del diálogo (no de palabras peyorativas) la escucha y las intervenciones del terapeuta, posibilitan al ansiado un proceso de análisis, comprensión y superación del conflicto.
Hoy los entrenadores de fútbol de alto nivel (y perdónesenos por los ejemplos) no preparan por si solos a los grandes profesionales con los que trabajan, están acompañados de Psicólogos (profesión moderna) de alto nivel, para regular, precisamente la ansiedad que produce siempre jugar una final, un partido de fútbol de grandes campeones, de campeones de campeones.
En las grandes empresas hoy trabajan con asiduo Psicólogos de prestigio para mejor producción y para unas más refinadas mercancías.
Y en el desgraciado y desastroso accidente de aviación de los Alpes franceses, recientemente ocurrido, grupos de Psicólogos estuvieron constantemente presentes para prestar ayuda a los ansiados familiares de las víctimas, y a los profesionales que con ansiedad buscaban a los muertos (q.e.p.d.) y las cajas negras. Nos les facilitaron ansiolíticos para que se durmieran.
Para terminar, nos imaginamos que debe producir fastidio que le tachen de inepto y de que no está centrado en su pueblo, pero eso no es causa suficiente y justificada para ofender a quien pudo haber sufrido o puede sufrir una ansiedad que está cuidando.
Por todo ello entendemos que hoy escribimos de algo que no debiera por el Código Ético pero que nos lleva y nos coloca en una ofensa en una falta de respeto. Así lo opino.
LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo
NOTA: LAS OPINIONES VERTIDAS EN ESTE ESPACIO SON DE EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REPRESENTAN NECESARIAMENTE LA OPINIÓN DEL EDITOR.
Para publicar un artículo firmado en esta sección escribir a:Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
NOTA: LAS OPINIONES VERTIDAS EN ESTE ESPACIO SON DE EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO REPRESENTAN NECESARIAMENTE LA OPINIÓN DEL EDITOR.
Para publicar un artículo firmado en esta sección escribir a: