Correspondiendo a su amable y hermosa felicitación de Navidad y Año Nuevo, quiero agradecer su excelente trabajo en pro de nuestra inolvidable y entrañable ciudad episcopal (está pendiente el relevo de Monseñor Sánchez Monge) de Mondoñedo y animar a las decenas o tal vez cientos de mindonienses por los cuatro costados, que vivimos ausentes a que, sin complejos, se animen a escribir, aportar su granito de arena y que no les embargue la toxina de la indiferencia.
Únicamente unos cuanto nostálgicos, entre los que me incluyo, (se cuentan con los dedos de una mano) revindicamos soluciones para nuestro decadente, si, decadente Mondoñedo, que hace bostezar hasta a las estatuas, cuando menos visto en perspectiva y desde la distancia. Su linea descendente de población se agudiza y traspasar la linea roja de los (4000) habitantes tal y como están las cosas en el ámbito político-administrativo, es motivo de preocupación para un pueblo que fue, hasta no hace tanto, muchas cosas, un referente y ejemplo de ciudad, recordando que en otros tiempos fuimos fuertes, pioneros en cultura debido a la presencia durante siglos de una Facultad de Teología en nuestro Seminario Conciliar. Cada vez estoy más convencido de que quizás la razón última, la profunda, es el especial cariño que sentimos por el pueblo como parte del paisaje donde nacimos, de la adolescencia, de la primera juventud. El tiempo es cruel y exige contar la realidad sin diplomacia. ¡Mira que tenemos asuntos importantes a la vista!. Todo resulta más irritante, cuando se cae en la cuenta de que estoy convencido de que se está trabajando, pero es que algunos asuntos - no todos - se salen de la órbita puramente municipal, aun cuando los resultados puedan dar impresión de una negligencia gestora. El modus operandi de un político no es fácil de comprender ni de llevar a la práctica. Es frecuente la impaciencia de los ciudadanos por ver cumplidas sus promesas. Nunca he conocido en la empresa privada a alguien sumamente eficaz que no fuera desagradable. Que cada cual piense por su cuenta y saque sus conclusiones
Insisto, con motivo de este año que hoy estrenamos, escriba cada cual lo que sienta que es importante que se pueda recordar, celebrar o criticar. En ocasiones, nos acabamos dedicando a lo accesorio y lo fundamental se nos escapa vivo. Y es que las hemerotecas son crueles. Claro, cuando hay un programa político nuevo, comprometido y ambicioso para los paisanos, se sale con el efecto "cohete", al subir y al no verse satisfecho, el efecto es "pluma", al bajar. No dejan de ser tacticísmos bien vistos, pero que comprometen. Una cosa son las promesas y otras las realidades, aun cuando el tiempo transcurrido no es suficiente para valorar resultados. Hay que dar tiempo al tiempo. Lo que si está claro es que aun cuando la verdad es necesaria, es deslumbrante, pero a la vez hace daño. Más de una vez, escribimos cosas - me incluyo el primero - que hay que frotarse los ojos y leerlos dos veces porque pueda que sea un error atribuible a fatiga acumulada. Libertad y democracia no son sinónimos: libertad es hacer lo que uno quiere; democracia, lo que quiere la mayoría. No todo cabe en el mismo saco. La reivindicación de la antigüedad como garantía de futuro ya no cotiza en el mercado político y nos aferramos continuamente a ello. Una explicación para estas dificultades es la palabra: esperanza.
No cabe duda que en algunos aspectos, es lógico que los mindonienses estemos excitados, pero no es este el motivo principal de hoy. Dios mediante, ya habrá ocasión de chachara.
FELICES FIESTAS AL PORTAL, QUE CONTINÚEN LOS ÉXITOS Y QUE SE VIERTAN MAS OPINIONES Y ANIMACIÓN EN ESTE 2016.
Antonio Doménech Ladra - Valencia
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