Los vándalos utilizaron pintura en spray de colores llamativos para teñir la mayoría de los bolardos instalados en la calle Progreso y la totalidad de los de Afonso VII.
A la polémica generada entre los vecinos a favor y en contra de la instalación de los bolardos, se le une, ahora, una nueva por la protección del mobiliario urbano.
Hace unos tres meses, el Concello decidió instalar los bolardos en las calles del centro de la ciudad para regular el tráfico.
Anteriormente, los conductores hacían caso omiso de la prohibición de estacionar, y esto dificultaba la circulación, a la vez que impedía a los vecinos, en algunas ocasiones, acceder a su hogar.
Los detractores de esta medida, dicen que afecta negativamente al comercio y que mucha gente prefiere ir a los establecimientos que cuentan con estacionamiento. Además opinan que, cuando se acabe el verano, Mondoñedo parecerá un pueblo fantasma.
Los partidarios de este tipo de medidas, afirman que el pequeño tamaño de la ciudad y la proximidad de los aparcamientos habilitados, favorecen el desarrollo normal de la vida cotidiana y por lo tanto, esta medida no influye negativamente ni en el comercio ni en la hostelería. Anteriormente, era difícil encontrar lugar de estacionamiento en el centro, ya que los vehículos que ocupaban las calles solían ser de los propietarios de los locales, así como de los que trabajan en el centro, pero no de los clientes.