En la madrugada del día 5 de Septiembre, falleció el que dedicase 46 años a la docencia en el Real Seminario Santa Catalina, canónigo y director del archivo diocesano de Mondoñedo–Ferrol, el M.I. Sr. Don José María Fernández y Fernández, (e.p.d.), sacerdote que vivió con total entrega su ministerio, fiel a la Iglesia, anunciado su evangelio con entrega radical a la causa de Dios. Durante su vida ostentó los más importantes cargos de responsabilidad en el organigrama de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol. Lo fue, sino todo, si casi todo, en la sede de San Rosendo.
Fue esta una triste e inesperada noticia, pero pensando y repasando fría y sucintamente la vida de D. José María, destacaría su humanidad, sencillez y bonhomía, que le hacían accesible a todos. Pero sobre lo que quiero llamar la atención en este recuerdo y estaría incompleta esta humildísima y resumida semblanza, si no completase la misma con algo que se echa a faltar y que es lo siguiente:
Tuve la suerte inmerecida de tratarle y en justo homenaje a su memoria, no quisiera pasar por alto algo que muy bien saben muchos mindonienses y diocesanos. Dada su campechanía, poseedor de una gran personalidad y su contrastada habilidad y capacidad para dirigir y organizar, como delegado diocesano de Peregrinaciones, fundó y presidió durante muchos años, la Asociación de Amigos de las Excursiones, donde se ganó un más que merecido prestigio y bajo cuyo mandato muchos mindonienses y diocesanos peregrinaron a Tierra Santa, Roma, Lourdes, Fátima y una lista innumerable de santuarios y ciudades dentro y fuera de España e incluso del continente, con el fin de peregrinar, ver, conocer, aprender, comparar; excelente trabajo que merece el reconocimiento unánime de muchas personas amigas y, justo es reconocerlo.
Nada más, que no es poco. Nos queda el rostro, la huella, el recuerdo de este sacerdote, activo y comprometido; bueno y generoso; amigo de todos, con la elegancia que le caracterizaba y cuyo último viaje a la Casa del Padre, ya emprendió. Como dejó dicho el Cardenal Carlo María MARTINI - Arzobispo de Milán, fallecido recientemente: “He llegado al tiempo en el cual la edad y la enfermedad me envían una clara señal de que es hora de apartarse de las cosas de la Tierra para prepararse a la próxima llegada del Reino”. Don José María seguro que llegó a la meta y triunfalmente.
Por último, su gran amor por Mondoñedo. En una de sus amables cartas -marzo de 2003- me escribía: “Yo llevo 62 años en Mondoñedo. Nunca he recibido más que afecto y buen trato por parte de aquellas personas con quienes me he relacionado.”
Descanse en paz, el bueno de D. José María, en su querido Arante.
Antonio Doménech Ladra - Valencia
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