Leo sin sorpresa, porque nada me sorprende ya, pero si con cierta tristeza, en la prensa de A Mariña, que el MONDOÑEDO F.C. está pasando una situación deportiva delicada, a tenor de la clasificación (3º por abajo) en su Categoría en 2ª Regional-Grupo 7. Tanto es así, que el entrenador ha dejado su responsabilidad, manifestando que, “si no se entrena non se pode competir”. Es cierto y comparto sus manifestaciones. Cada jugador sabe que el entrenamiento es siempre insuficiente y -también - que el mejor entrenamiento es la competencia. Pero la liga sigue y el cabreo – seguramente - va por barrios: afición, directiva, mister, plantilla, etc. etc.
Pero seriamos miopes no darnos cuenta de que las plantillas – casi siempre excesivamente justas - forman un equipo, un bloque que hay que saber llevar con sabia prudencia, y con ello no quiero decir, ni mucho menos, que ya el dimisionario mister, no haya hecho todo lo imaginable para que así fuera, tocando todas las teclas y esperando resultados. Pero los entrenadores, por muy buenos que sean, ellos no marcan los goles, ni tiran los penaltis, ni corren las bandas. De ahí ese sufrimiento que proporciona al banquillo y que conlleva una descarga de adrenalina … Un sin vivir, francamente. Algunas veces a todos nos puede la presión a que está uno sometido y el componente psíquico está siempre presente. Es humano y de ahí lo sucedido. Pero la vida sigue.
Haciendo un pequeño paréntesis, dicen, los que se dedican profesionalmente a esto del fútbol, que todos opinamos y tenemos gustos y estilos, caprichos y razones; que todos somos algo así como seleccionador en potencia. Algo hay de cierto y por eso hay quien ha dicho que el fútbol es el “opio del pueblo”.
Lo que sí está claro, es que esto del fútbol es un sentimiento pero muy y particularmente en las categorías inferiores como le sucede al MONDOÑEDO F.C., – que lleva su nombre y representa a toda una ciudad - donde todo se hace por pura afición y con la mejor voluntad, que hay que ser muy valiente para capitanear este barco a todos los niveles, personas todas ellas y que merecen nuestro respeto y consideración. Por tanto, meritorio y loable empeño, a pesar de los resultados que no nos acompañan.
La clasificación – que escuece y duele - del MONDOÑEDO F.C., si bien se mira, me atrevería a decir, que nada se ha perdido hasta el momento presente, y podemos dar un vuelco y ver de mejorar en los próximos encuentros que todavía quedan por disputar pero que el círculo se va cerrando y después es difícil salir. Muchas veces, el cambio de mister es un revulsivo para el bloque; otras no tanto y la realidad es amarga. ¿Todo el pescado ya está vendido? Pues nada de nada. No perdamos el optimismo ni la ilusión.
He leído algún comentario que vienen de aficionados y son muy positivos, como el de DONOVAN, ORREY, ANTIKULE Y CAMPOVELLLO, mensajes que uno tiene en cuenta y que respiran optimismo. Me los creo.
Estamos, por tanto, ante una situación que, obviamente, podría ser mejor, pero la realidad es la realidad. Solamente queda pedirle a los jugadores entrega, frescura y responsabilidad. La clasificación no puede ni debe hipotecarnos a estas alturas de la competición. Únicamente la relajación, el exceso de confianza, amodorramiento y brazos caídos puede arrastrarnos al precipicio. Estamos con 5 puntos frente a 31 del San Ciprián, que va de líder, pero tenemos que mirar más abajo, a los que “perseguimos”, y qué, matemáticamente, todavía están a nuestro alcance si conseguimos ganar 3 partidos seguidos. Uno es consciente del esfuerzo que conlleva como es el “partirse la cara” defendiendo unos colores que ama. Queda tiempo, puntos en juego y podemos cambiar el rumbo. Seguimos vivos, muy vivos.
Al hilo de todo lo antedicho, que ya es mucho y hasta resulta cansino, un elemento importante para que esto no se vaya a pique, es la asistencia de público al campo de Viñas da Veiga, animando a los suyos y, como vulgarmente se dice, echándoles el aliento en el cogote. El jugador numero “doce” siempre es importante, muy importante. Vamos a ver si con una poca de suerte y con mucho ánimo, la situación cambia y los resultados empiezan a ser los que el MONDOÑEDO F.C. se merece. Seguro que hay mimbres para paliar esta situación. A más a más, van 9 partidos jugados y queda toda una eternidad. O sea, que la cosa no es para desanimarse ni tirar la toalla. Hay que decirse a sí mismos, “no nos merecemos ocupar este puesto” y salir al campo con la necesidad imperiosa de ganar. Todo será cuestión de “arrimar el hombro” con ilusión y perseverancia. Si como parece tenemos mejor delantera (10 goles a favor) que defensa (13 goles en contra), pues ya sabemos algo que habrá que considerar y entrenar estas jugadas. Aquí está el quid de la cuestión. Como alguien ha dicho, lo extraordinario de los milagros es que suceden. Sin duda llegaran los resultados. ¡¡Mucho ánimo y mucha suerte¡¡
Antonio Doménech Ladra - Valencia
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