A la Organización del Medieval de Mondoñedo

Para los pocos sagaces con apetito de mangoneo que pueda haber en una parte, poca tinta. Para la que queda, recordar las palabras de ser alcalde de todos, el gobierno gobernar para todos con la misma vara de rasero, con transparencia y tratando a todos por igual.

Anunciar preferencias y en rojillo no parece encajar con esas justas intenciones citadas.
En acto institucional de fiesta para el progreso del pueblo todos somos iguales en los deseos de los buenos resultados y sobra poner a nadie colorado. Otras formas de obrar pueden ser reaccionarias y de otros tiempos. Además si se patrocina el acto con dinero de las Administraciones, éste procede de todos nuestros bolsillos por la vía de los impuestos que también pagan todo el año los rojales que parece se pretenden discriminar y perjudicar. 
Y las calles y plazas donde se colocan los puestos del mercado son públicas, son de todos. Sólo una posible prepotencia venida de algunos nos puede hacer caer en lo incomprensible de la citada discriminación. Tal vez la displicencia con la que se pueda mirar a los indicados distinguidos nos puede decir algo. ¿Habrá ese amor que hace atender solamente al propio interés, con menos precio a los demás? ¿Habrá odio, rencor político? ¿Culparán a estos rojillos de la mala digestión que pueda producir gobernar sin ser el más votado? Lo que sí, quizás, se pueda pensar en la existencia de mala fe por parte de alguien.
Descartando la probable vía judicial, es feo e indica debilidad en el diálogo, falta de capacidad de gobierno, carencia de democracia, lo que en mayúsculas y en rojo se estampa en el final del programa de mano del Mercado Medieval de Mondoñedo.

Es sorprendente que en una ciudad culta que dio ilustres personajes y con un gobierno de instrucción, ilustración y sabiduría se caiga en feas artes polémicas. Así lo opino.