Un pelo falta para llevar los españoles 40 años de Democracia. La más longeva. Muy deseada desde que la Patria España quedara marcada por una guerra civil de hermanos contra hermanos, en un país civilizado, tal vez el más, y desde que pasaran otros casi 40 años de dictadura que impuso el bando ganador, lo que también haría con toda posibilidad, el otro bando si hubiere ganado.
Sí, había dos rivales, que implantada la Democracia por el Rey Juan Carlos I y dirigida ejemplarmente por el Presidente del Gobierno don Adolfo Suárez González (q.e.p.d.), supieron, como nadie, vivir como dos hermanos, siendo el ejemplo del Mundo. Y entre ellos hubo otras formaciones políticas distintas (como la del gran señor Carrillo, o la de don Blas Piñar, que en Paz estén) que han tenido acceso a presentarse a elecciones y a gobernar. Ha sido todo tan bonito, tan adecuado, hasta el día de hoy, que nadie tiene que venir a juzgarnos, por mucho principio de justicia universal que se quiera aplicar, pues, en eso, en Justicia, pese a todo lo que se diga, también somos un ejemplo para el Mundo. Tal vez, por eso, algunos pretenden desequilibrarnos en nuestra ya veterana Paz y convivencia como hermanos y sin bandos. Que nos dejen nuestras reglas del juego y vivir en Paz. Ningún español queremos más dictaduras, sean del color que sean.
Lo de Franco fue una revolución dura, muy dura, nacida de la combinación de crisis económica y de corrupción (incluso militar que hoy no existe por la ejemplar preparación, madurez y democracia de nuestros Ejércitos), y como los españoles de ahora sabemos echar la vista hacia atrás y conocemos nuestra siempre digna Historia reciente, seguro que no vamos tolerar, por medio del uso de nuestra ya madura Democracia, que haya otra revolución para atajar el paro y la grave corrupción que nos azotan, pues ya la crisis económica la estamos rematando, por haber sabido sufrir excepcionalmente los recortes, siendo otra vez ejemplo entre nuestros países del entorno de Europa, a copiar por el Mundo entero.
Pueda que una parte de los españoles tenga miedo a Podemos porque parece crecer como la espuma y le vean como una nueva revolución, con intención de voto destacada. Ésta le augura el poder, sin que ellos mismos sepan qué hacer con tal poder, por ser los primeros sorprendidos, y se les ven flecos de totalitarismo e idea de atacar la propiedad, cuando ésta está protegida constitucionalmente por preciso consenso de todos los españoles y cuando ha sido adquirida mayoritariamente por el sudor de la frente de éstos.
Con el asunto de la corrupción el pueblo se quedó sin la referencia de los dos grandes partidos, el PP y el PSOE, y parece querer, o quiere, demostrar su ira con el voto de castigo. Y no es de extrañar, porque la corrupción no es sólo llevarnos los Euros, es robarnos los sueños colectivos. Los corruptos no son unos simples chorizos, sino el peor tipo de criminales, en palabras del Sr. Olarte, que usamos con su permiso, que sabemos que otorgará por ser lectores suyos. Ellos, los corruptos, son unos pocos contra la afortunadamente inmensa mayoría de los ciudadanos, que como las manzanas podridas dan mal sabor que produce la dicha ira entre éstos.
Pero esa inmensa mayoría, prudente e inteligente también, sosegará, cuando llegue el momento, porque es totalmente consciente de que votar impulsado por la ira es una imprudencia electoral, y de que ahora está coqueteando con quien se le ve que ofrece café y nos va a dar achicoria, aprovechando, muy inteligentemente, para demostrar a quienes ahora mismo están gobernando (y al PSOE que puede gobernar) que este momento es preocupante para ellos por las últimas encuestas, y para requerirles que tienen que hacer las cosas muchísimo mejor y trabajar por y para la gente con una corrupción cero, evitando los corruptos en sus listas electorales y condenándoles y no sólo pedir perdón, que es un gran gesto, pero no suficiente.
Sinceramente el pueblo creemos que piensa que Pablo Iglesias está legitimado para aspirar a gobernar como los demás, guardando las normas de juego, pero que no tiene madera de “líder” y que no gusta justamente por eso y porque ofrece café y se ve en el vaso achicoria. La encuesta del CIS parece dejar claro el hundimiento provisional de IU y del PSOE en beneficio de Podemos, y que este casi iguala con el PP, pero como dijo el niño Diego le falta el casi, que sí obtendrá si éste no cambia la canción del paro y de la corrupción.
Parece que llega el triunfo de una apisonadora triturando, sólo en unos meses, el trigo que una España en Paz ha cosechado con mucho tiempo y sacrificio.
Sin embargo, el pueblo, sudoroso por su inmenso trabajo con recortes sociales, es astuto y sabe evitar el engaño de unos y otros a la hora de la verdad. Sabe que algunos son corruptos y otros personas que nunca han arriesgado nada y que, por eso, pueden estar libre de pecado. Pero también saben, como le recordó hace poco el Papa Francisco, que todos somos pecadores. Y que, la mayoría de las veces, vale más malo conocido que bueno por conocer.
¿Se puede otorgar la confianza de gobernar, de regenerar nuestro sistema democrático, casi de oro, a quienes nunca han arriesgado nada para defender a España. A quienes tienen tintes dictatoriales y hablan de lo bueno que es Venezuela, Cuba, o Irán? ¿Se puede cambiar esto por grupos políticos que ya conocemos, aunque dentro de éstos haya unas manzanas podridas, que, sin duda, serán saneados por nuestra lenta pero superior Justicia? Los comportamientos de los que nunca han arriesgado no hacen mejor cosa que definirlos.
Todo ello debiera de servirnos de argumento para reflexionar mucho, antes de entregar nuestra arma, el voto, con ira.
Nosotros creemos ciegamente en la Justicia española y que es la mejor; capaz, sin duda, de hacer presentar listas electorales sin corruptos, para votar; presentar al pueblo una Democracia limpia y dentro de la Ley; y apartándolos de entre nosotros, encarcelándolos, por su olor, venido del mal sabor de manzanas podridas. Así lo opino.

  LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo

 

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