Nos consta que el Sr. Beiras es educado, cortés, culto e inteligente. No tenemos duda de eso. Por ello tenemos más derecho a pedirle, como gallegos, educación y cortesía. A que deje los exabruptos, las salidas de tono, que deje de increpar, que deje de pretender amedrantar o de pretender vejar y de intentar que se sienta humillado el Presidente democrático del Gobierno de todos los gallegos, don Alberto Núñez Feijóo.

Sr. Beiras, todos los gallegos y españoles sabemos que hay más de 6 millones de personas en el paro en España (aunque lo dudamos), todos sabemos de la crisis que nos envuelve, todos sabemos de la corrupción existente de políticos y banqueros (el 0,03 % de los asuntos penales), todos sabemos de que hay gente sin casa, todos contemplamos los recortes de la educación y la sanidad pública, todos sabemos como jóvenes no encuentran trabajo, todos sabemos de las jubilaciones, ectc.. Y por ello nos damos cuenta que la cortesía en los momentos de defender las políticas idóneas, es difícil de manteruela y, a veces, las formas de educación nos parecen difíciles de usarlas. Pero hay que tener la serenidad y aplomo que tuvo el Presidente democrático de Galicia cuando Vd. le intentó vejar, porque, no cabe duda, que si el Sr. Núñez se pusiera a su altura lo que se podía armar en el Parlamento de Galicia, que sería tan ejemplarizante negativamente para el resto de España, de Europa, e incluso del Mundo.

Permítanos que le digamos que, conociendo de su educación esmerada, llegamos a pensar que dudemos de si su desagradable episodio, lamentablemente, era o fue para defender intereses de los ciudadanos de Galicia o para provocar un desatino en la personalidad del Sr. Presidente y así conseguir lucros partidistas en la conquista de votos de quienes le aplauden y descuidan la disciplina parlamentaria, inadmisible por respeto a los otros ciudadanos; que a unos y otros con grescas no se les resuelven los problemas.

De todas formas, no se crea, Sr. Beiras, que nosotros pensamos que su actitud en el Parlamento gallego hubiera sido nazi. Nada más legos. Hubo quien le llamó “El escrache de Beiras”. Fuere vejación o fuere un escrache a nuestro querido Presidente del país gallego, lo toleramos por nuestro sentido de la democracia y por los difíciles tiempos que vivimos, si no fuera por la violencia que significó el acto. Es muy grave amedrentar al Presidente de un país, Sr. Beiras, aunque pensamos que por su aplomo ni se inmutó.

Debe pensar, Sr. Beiras, que por su inteligencia y por el recuerdo aquel de hace 20 años conocido por el “zapatazo”, imagen que le lanzó a la fama, está Vd. absurdamente sobrevalorado, hasta el extremo de que pensamos que a la Sra. Presidente del Parlamento, Doña Pilar Rojo, le tembló el pulso y no tuvo decisión de expulsarlo del Parlamento  y sancionarlo en el bolsillo que es donde duele. Por esto y porque entendemos, pensamos, que no le importa Galicia, deslegitima y debilita al Parlamento gallego con tales comportamientos, además de aquello de llamar a la rebelión cívica.
Sí,  Sr. Beiras, sobrevalorado, porque en unos 40 años de carrera política jamás ha gestionado nada para Galicia. Vd. siempre quiso ser un héroe como don Manuel Fraga Iribarne, por eso le acusó de anciano cuando gobernaba Galicia y ahora Vd. está en la Oposición con 77 años.  
 
No ha tocado el poder, no ha gobernado siquiera un pequeño concello. Por lo cual desconoce lo que es gobernar. Su obra magnífica sobre el atraso económico de Galicia, a la que creemos que quiso llamar tercermundista, se quedó obsoleta. Partió el nacionalismo gallego en dos al marcharse del BNG.
Su excelente oratoria, acompañada de buena mímica, de teatro, jamás llegó a conseguir un trabajo riguroso en nuestro Parlamento, haciendo propuestas legales, enmiendas o iniciativas de valor para Galicia.
Su contribución a la vida política gallega, pensamos, ha sido instalar la mala educación, poseyendo buena educación, el teatro y la falta de respeto a los demás, al adversario, y el insulto.

Siempre presumió de apoyar a los humildes, cuando se dice de Vd. que más bien fue clasista, eludiendo el roce con el pueblo llano, por su estilismo intelectual, cuando parece que fue incluso becario por la gran banca española.
Don Xosé Manuel Hixinio Beiras Torrado, en fin, es Vd. una persona que ya nos hizo perder demasiado tiempo, y, desde luego, muy distante de quien quiso emular, el Sr. Kruschev, además de estar en el momento preciso de dimitir. Pero como dice mi amigo Javier Rivera: “Aquí no dimite ni la Virgen”.
Así lo opino.

 

  LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo

 

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