¡Uf! Contiene nuestro whatsapp: “Hay que tener mucho valor para escribir lo q escribes. Mucho. Pero siempre te consideré inteligente asiq sabras lo q haces”
Arrogancia telefónica: “Advierten que no escribamos más porque…y que tuviéramos cuidado con lo que escribíamos aunque éramos mayoría de edad…”.
Colgaron cuando intentábamos contestar cortés y educadamente.
Valor fue lo que vino de allá.
Más whatsapp: “q nos pasamos 4 pueblos”: Jamás abandonamos nuestra Ciudad.- “estamos dando una imagen q solo nosotros somos responsables”: La imagen de la verdad no debe preocupar.- “no nos dicen los comentarios q llegan de la gente”: Los hipócritas adularán lógicamente.- “que hemos decepcionado muchísimo”: Posiblemente se llegó a esa conclusión al no ordeñar nosotros las vacas para que otros vendieran la leche. Pero por aquí también andamos con la impresión desagradable de pesar, experimentada al ocurrir algo de modo distinto a como esperábamos y deseábamos por allá.
Creemos que tenemos el derecho constitucional de participar en los asuntos públicos, como son todos los políticos. La Constitución nos reconoce y protege el derecho de expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante el escrito y a comunicar o recibir información veraz por cualquier medio.
Pero también la libertad de expresión es un derecho humano, y es esencial para el descubrimiento de la verdad y atacar al mentiroso, al que dice medias verdades, al que juega con las palabras para no decir la verdad. Este derecho incluye el de no ser molestado a causa de verter opiniones.
Ha habido la cobardía de molestarnos, de faltarnos al respeto. No creemos que tengan la suficiente madurez mental para tolerar lo que opinemos escribiendo, por lo que democráticamente debieran abandonar y dedicarse a otra cosa.  Respetamos, siempre, sin excepción, a todo el mundo. Gracias por reconocernos la inteligencia que poseemos y por la advertencia de que tengamos cuidado.-
Han matado parte de la circulación de ideas y opiniones que solo guiábamos para defender y mejorar a nuestra muy querida Ciudad de Mondoñedo. Tenemos una Familia, que queremos, y nuestra edad no anda alrededor de los 30 años, por lo cual les vamos a complacer, y vamos a sacrificar nuestra satisfacción de escribir y de ser un sencillo analista político social, al menos, por un tiempo. Y entre tanto deliberaremos y resolveremos definitivamente. No al discurso del miedo. Así lo opino.  
 
LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo


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