Increíblemente volvimos a sufrir otra intención de apagar el brillo de nuestra pluma, de “esgallarla”, posiblemente con el fin de que no vertamos a la luz pública lo que pensamos. Y creemos que por la misma “joya”. Pero en el Facebook.
Pensamos que en vez de tal intención sería mejor el diálogo basado en la conversación, debatiendo nuestras opiniones, pues somos personas razonables, amantes del diálogo, dialogísticos, y amigos de la conciliación, a la que años estuvimos enredados, entretenidos. Así por eso demandamos diálogo y no imposición. Permítasenos que veamos que aquella actitud parece anacrónica, anticuada, y de espíritu sectario e intolerante, que sorprende por nacer de juventud, olvida que el diálogo es un imperativo moral y  lleva al acuerdo. La obcecación cierra la mente.
Los alcaldes facilitarán (imperativo) la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social, y máxime perteneciendo a una Asociación. Por ello manifestamos nuestra opinión sobre los asuntos públicos (exclusivamente) y debemos recibir del alcalde las explicaciones pertinentes. Téngase en cuenta que nuestro objetivo es la defensa de los intereses vecinales y de los intereses de nuestra querida Ciudad de Mondoñedo, que la vemos avanzar a remolque, lo que, de ninguna manera, significa que para nosotros pinte en negro, pues tiene un capital que otros quisieran para ellos. No tenemos objetivos de poder político a nuestra edad.
Así las cosas, fue legítimo que hubiéramos dicho que respecto del Pleno de la Corporación de Mondoñedo del 25 de febrero último observáramos que la señora Presidenta levantara un poco el acelerador con sus compañeros de la Oposición, pero que seguía teniendo chispas o ápices de carácter fuerte y prepotencia y que desde luego parecía que no tragaba que la Portavoz del PSOE llegara antes al Parlamento de Galicia. Que la oratoria de los componentes del Pleno es más bien oropel. Que aquello parecía un comadreo, un Jueves de Comadres. Y que ello representaba muy bien cómo está nuestra querida Ciudad de Mondoñedo, que, como entienden muchos mindonienses, camina a remolque. Que notáramos mucho la falta de la oratoria de Concejales como don Justo Fernández Haro. Que viéramos que nuestra reclamación de urbanismo sufriera un procedimiento distinto al de los demás. Lo que implicaba más gastos para el Ayuntamiento y que nos preocupaba para el resultado de su fallo, al no haber sido sometida a ese Pleno. Que pensábamos que los del Gobierno, todos sin excepción, no habían estado corteses, que no habían practicado la Democracia, y que, incluso, su educación no es la nuestra. Pues cuando un ciudadano demuestra por escrito sus diferencias con los gobernantes, lo menos que merece es que éstos le den una explicación preventiva teniéndolo a la vista y siendo oyente de esa sesión de Pleno. Que habían demostrado ser propietarios de orgullo.
Lo expuesto pasa necesariamente por nuestra colaboración con los vecinos en los asuntos de nuestro Ayuntamiento. Y es justo que lo hagamos con tesón, porque es progresivo para nuestra Ciudad, y para ello no hace falta estar en la Corporación. Nos basta con ser ciudadanos, ya que nuestro objetivo, como se dijo, es la defensa de los intereses vecinales y de Mondoñedo, que, por tanto, es la senda de prosperidad y convivencia de nuestra Ciudad, a la que no estamos dispuestos a  ver zozobrar aunque llegue a frustrarse el proyecto del actual Gobierno mindoniense.
Y el carácter fuerte, la prepotencia y la soberbia, parecen los menos indicados para la delicada tarea de salvar un proyecto de Gobierno, dado que esta tarea de gobierno necesita de delicadeza, refinamiento, sabiduría, sensatez, pericia y humildad.
Y esto no significa arrodillarse ante nadie, como alguna persona lo ve así respecto de sus compañeros y colaboradores ante ella, para así ser un monólogo de gobierno y los otros vasallos a sus órdenes, sin consideración alguna y demostrándose desagradecida.-
Y desagradecida por principios se puede decir que es, que bien los conocimos por haberlos sufrido.
Nos escribió que la desestabilizábamos; que le decepcionáramos después de haberla alabado hasta el infinito. Y por esos piropos, por haberla ensalzado de aquella manera, hemos pedido, y pedimos otra vez a nuestros lectores perdón, aunque si los engañamos (jamás fue nuestra intención) fue porque ella, esa persona, nos engañó a nosotros, engaño éste que tiene su mérito por haberlo hecho a  persona de edad, que no debiera encontrarse sorprendida.
Tenemos meridianamente claro su mérito y capacidad. Así como su agilidad mental e intelectual. Estudió Derecho en A Coruña. Acudió a nosotros (recomendada por un buen amigo) para preparar oposiciones a los Tribunales, las que pronto dejó por ir a la Política. Pero de ello no vamos a escribir, no ha lugar.
¿Qué puede esperar Mondoñedo de su alcaldesa, si de ella dicen, incluso sus vecinos, que “miente políicamente”, que presume de ser una excelente abogada sin nunca haber ejercido,  que “ó único que le preocupa é a súa carreira política, acusándola de “anteponer ós seus intereses persoais e políticos aos xenerais dos veciños”? El Sr. Martínez, en su momento, le lanzó que “echaba muchas horas en la Diputación pero que no cundía”.
Se mira a Cristina Cifuentes. Muy lejos, en Madrid. Pero si tiene en Galicia, a la sarriana doña Ana Pontón Mondelo, de 38 años, Parlamentaria a los 26 años que le convirtió en la diputada más joven de O Hórrreo y le llevó a formar mesa con don Manuel Fraga Iribarne, trabajadora y perseverante, que supo dulcificar su carácter serio, y que sabe escuchar, elegida recientemente portavoz nacional del BNG (ocupado por primera vez por una mujer) y probable candidata a la Xunta de Galicia.
Desde nuestra humildad, así no se nos calla. Así lo opino.
 
LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo


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